La melamina ofrece una superficie dura y resistente, que es capaz de soportar los cambios de temperatura, así como los líquidos agresivos que a diario utilizamos en la limpieza. Además ofrece una amplia gama de terminaciones y colores, por lo que es un material muy aconsejable en dormitorios juveniles y cocinas que normalmente suelen ser las estancias de nuestra casa más expuestas a las manchas y al desgaste.